Hoy, exactamente hoy, hace seis meses que llegué aquí.
A Cancún. A esa ciudad-pueblo al que la gente va de luna de
miel, a pasarse la vida de playas y de fiestas, por su hermosura. Yo os diré
que es bello, sí. Pero he de decir que no he encontrado las mejores playas del
mundo, como dicen. Que sólo habré pisado la playa unas seis veces en todo este
tiempo. Que echo de menos las fiestas de Sevilla hasta el amanecer, sin que me
cobren un ojo de la cara por ser extranjera, haciendo botellona antes de
entrar, sin que me intenten meter mano o ligar conmigo de mala manera a cada
paso que doy, y sin que me quieran echar de los sitios antes de tiempo,