jueves, 30 de julio de 2015

De amor y otras miradas

Hoy los miré. Vi a un matrimonio de mediana edad, con hijos, de los típicos que te encuentras peleando por la calle en España, o que no se miran, o que no se tocan desde hace años. Los miré. Y se besaban. Se besaban y se sonreían. Bromeaban entre ellos. Se miraban con amor y eran felices. Todos se veían felices. Ellos parecían dos quinceañeros enamorados. Y, en conjunto, todos parecían buenos amigos. Como debe ser.
Ni siquiera tenían dinero. Ni siquiera vivirían en una mansión.

martes, 28 de julio de 2015

Toma de contacto. Y risas

¿Sabéis? México es un carpe diem extremista. Un ‘vivir al día’ literal. Aquí la gente cambia de trabajo como de ropa (y ya es decir, teniendo en cuenta el clima). Si hoy se dio un buen día, puede que comas caliente. Si mañana te echan, y el próximo trabajo no te da como para pagar la luz, duermes dos días sin ella. A la gente se le olvida pagar las facturas. Literalmente. No porque seas pobre, no porque no te llegue el dinero. Y no pasa nada. Se puede sobrevivir un día sin Internet, dos sin agua, o sin luz, hasta que los pagues. Y nadie se extraña. Y no te cortan los suministros de por vida (ni de por meses). Y no te critican. Y no ocurre nada.