Esta entrada la publico así, sin más, tal como se la envié en uno de nuestros correos/cartas a mi mejor amiga del otro continente. Sin retoques, sin maquillar, sin tapar, sin ocultar, sin cambiar experiencias ni nombres, sin evitar el compromiso, la vergüenza, la aceptación y la parte más interna de mí.
Así, porque sí, a corazón abierto, reflexionando uno de estos días como cualquier otro.
Espero que no sea precisamente el lector, el que juzgue demasiado...