Es triste pero he aquí mi primer post de 2017. Dedicado a ti. Otro más.
No sé si cada vez voy peor, o si cada vez se me olvida más lo mal que iba.
Sólo sé que agradezco que a veces me acuerde de que lo que necesito es escribir. Más que cualquier otra cosa en el mundo.
El caso es que aquí estoy. A apenas dos semanas de repetirme a mí misma que ya había aprendido.
A horas de haber sucumbido una vez más. Y a minutos de haberme perdido en tus palabras. Una vez menos.
Y es que aún me cuesta verte sonreír sin ser yo la razón.
Pero todavía era peor saberte sufriendo y echándome yo la culpa.
Y que, aun así, soy más feliz si no me hablas.
Que juro que ya hace demasiado tiempo que no sé si te extraño, si me importas, o si simplemente te quedaste, en efecto, como mi persona favorita en el mundo.
Y pues eso, que te quiero. Creo
Y que sigo siendo tuya, como te dije. Pero ya sabes: casi. Como no solía serlo.
Y que me amo a  mí. Un poco más que antes, pero menos que ahora.
Tú sigue ahí, aguantando, que yo a todo me acostumbro. Hasta a tu pérdida. O a la mía.
Incluso aunque haga dos minutos que he estado a punto de escribirte.
Estaba entre un "te necesito" y un "no me vuelvas a buscar". 
Pero al final me he quedado callada. Como siempre.
Hasta que hagas como que vuelves. Como nunca hacías.
Y te vayas sin avisar. Por última vez. 
De nuevo.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario