Los rumanos son esas personas que se disculpan ante los extranjeros por las faltas que han cometido sus compatriotas, aunque ellos no tengan nada que ver.
Son esos que te siguen hablando e intentando comunicarse contigo y ayudarte, así no sepan inglés ni ninguna otra lengua, ni tú conozcas la suya. 
También son aquellos a los que preguntas por una dirección y su afán de ayudar es tal que te darán mil indicaciones, aunque en muchísimos casos no tengan ni p*** idea de dónde se encuentra el sitio. 
También son, por desgracia para mí, aquellos a los que cuesta conocer porque no suelen hablar de sí mismos, o sus vidas, o sus familias, más allá de situaciones superficiales. O hasta que te conocen demasiado -y a veces, aún así...-.
Y por la misma razón seguramente yo no tenga el monopolio ni esté en lo correcto de gran parte de lo que diga aquí sobre ellos.
Los rumanos son esos amantes de la cultura y la lengua españolas, el reggaeton y las telenovelas. Los mismos que me escuchan hablando en español en el supermercado y me dicen "Hola, ¿qué tal?", o me explican de qué manera aprendieron a hablar mi lengua con ese característico acento latino del canal 24 horas de dichos tele dramas (sí, existe). 
Lo sé, tampoco yo hubiese creído posible aprender así una lengua; pero, creedme: no es un caso aislado, ni dos, ni chapurrean. Puedes tener conversaciones de casi cualquier cosa con ellos en español.
Tampoco creo haber escuchado en España jamás tanto reggaeton o música en español, al menos no en todas partes, como aquí: discotecas, bares, cafeterías, restaurantes, lugares públicos o la sala de desayunos de un hotel...
Son aquellos extraños orgullosos de su país, que intentan mostrarte y demostrarte lo más bonito de su ciudad o lugar, pero que al mismo tiempo no entienden qué puedes venir tú a hacer a un sitio como este.
Los rumanos son, también a veces, esos que se creen con derecho a acercarse a ti, a hablarte o a sentarse a tu lado, sólo porque estás bailando o sonriendo, o comunicándote en otra lengua. Pero no con la responsabilidad suficiente para irse cuando les muestras que te están molestando.  
Son aquellos que te dedican una sonrisa por todas partes, y una risita agradecida cuando tratas de responderles en su lengua, una vez que han visto que no eres rumano. 
Vete a saber por qué, pero a veces no identifican a la primera que eres extranjero, o que no los entiendes. No sé si seré una buena mentirosa, o si su idioma es de esos a los que cuesta identificarle el acento, o que consideran fácil de aprender para el resto del mundo. A veces lo es. A veces no.
Es raro conocer a un rumano que no tenga una historia de trabajo en España, ya sea propia o de un familiar o conocido, actual o anterior; pero más aún lo es que no te pregunten qué haces tú aquí si ellos eran los migrantes que salían a buscar oportunidades fuera -y a tu país-.
Rumanía es el sitio donde nunca "pasa nada", donde la gente deja el portátil en el asiento trasero del coche, a la vista, o donde todo el mundo hace autostop hasta para volver del supermercado; porque, "vamos a ver: esto es Rumanía".
Es un lugar lleno de terrazas, masificadas en verano, tan típicas que en mi barrio hay al menos dos bares que me dan la sensación de ser lo más andaluz que he encontrado nunca fuera de Andalucía. El bar de los desayunos, y el de los viejos, que podrían ser. 
Así que no: no puedo sentirme una extraña en este lugar, y a veces olvido que estoy tan lejos de casa, cuando bien podría estar paseando por cualquier calle perdida de Sevilla, o cruzando los infinitos bloques de pisos que hay en Alcalá.
Los rumanos son, también, aquellos que marginan y evitan a los gitanos, por culparlos de todos los rumores, prejuicios y estereotipos que existen sobre su país. Por ser, muchos de ellos, aquellos que vinieron a España a "hacerse ricos", o aquellos que se vuelven "casi millonarios" sin trabajar. 
Algo así como lo que pensábamos y hacíamos todos en España, hace aún apenas unos años; así que, espero, no os atreváis a juzgarlos.
Y, hablando de esto, aunque no tenga mucho que ver, cerraré este texto con una frase que me dijeron hace poco, en lugar de explicar todos estos choques de realidad y sus significados -que, creo, se explican por sí mismos y cada uno de nosotros debe ser consciente de en qué nivel de juicio se encuentra-:


 
No hay comentarios:
Publicar un comentario