"Buena suerte encontrando alguna clase de inspiración por ahí..."
La inspiración está en todas partes, honey.
Especialmente en esos bloques destrozados, 
en ese cielo nublado,
en esa ventana abierta.
Y ese olor a marihuana.
Sobre todo ese maldito olor a marihuana, 
que me hace pensar tanto en ti.
La inspiración está ahí y la seguimos buscando.
O eso era la felicidad.
¿No es lo mismo?
La inspiración está en cada palabra que sale de tu boca
conectada a ese complejo cerebro que nunca para de hundirse
en su propia miseria.
En ese maldito olor a marihuana. 
Ya lo he dicho.
Ese olor que no se va y que sigue apegado a ti.
A tu cuerpo.
A tu alma.
Quiero escribirte y describirte. 
Eso lo sé.
Pero ya no es amor, esto.
Es algo distinto.
Es... Dedicar algo a alguien que sabes que lo apreciará 
y que puede cambiar.
Yo sé que, aunque te quejes, estás aprendiendo mucho.
Y disfrutando.
Hasta sentirlo.
Más de lo que te gustaría admitir a veces.
¿Sabes por qué eres diferente? Porque me miras a mí y no a ella.
Siempre lo hiciste.
Aunque en momentos de confusión, 
o de altas temperaturas internas,
tu tú más animal lidere a lo que tu corazón siente.
Por esas conversaciones, largas e intensas.
Por esos lugares en los que, 
en realidad, 
no dejas entrar a nadie más.
-No sobrio, en cualquier caso-.
Ojalá tener más tiempo. Más contacto del que se nos ha permitido tener.
Ojalá no tengas razón, y nos veamos por primera vez.
Una y otra,
y otra vez.
y otra vez.
Y me sigas dejando entrar, 
a veces, 
durante ese pestañeo en el que bajas la guardia por unos segundos. 
Y me dejas verte.
Solía desear que tu almohada hablara, 
y pudiera contarme lo que de verdad te atormenta tanto en sueños 
como para no ser capaz de cerrar los ojos 
antes de las cinco de la mañana.
Pero pronto me hiciste entender que ni a ella le cederías esa parte de ti.
¿Por qué me la diste a mí? ¿Qué buscabas?
...Ojalá tuviéramos más tiempo...
¿Era, quizás, una señal que no supe interpretar en su momento?
"Sálvame. De mí. Por favor. Pero ahora. Porque quizás, dentro de un segundo, me arrepienta de haber buscado ayuda."
Así fue. Así era siempre.
Tus ojos llorosos se ocultaban tras unas mejillas en alza esforzadas por sonreír.
Todo eso en apenas unas milésimas de segundo. Tan objetivamente imperceptible que no parecía que existiera tristeza alguna en aquella mirada.
Pero a mí nunca me engañaste. O quizás nunca pretendiste hacerlo.
Ojalá nos hubiéramos conocido antes. 
O después. 
O las circunstancias hubieran sido distintas.
Quién sabe.
Ni siquiera sé qué pedir al destino cuando se trata de ti.
Pida lo que pida, todo parece erróneo,
o que estoy jugando sucio.
¿Fui yo la que cambió tu percepción de mí?
¿Llegaste a juzgarme? Precisamente tú.
O sólo preferiste huir.
Era más fácil, ¿verdad?
Que todo este lío en el que podríamos haber entrado los dos.
No sólo tú, sino yo.
Lo sabías. 
Lo sabías desde el primer momento.
Y me salvaste. De ti.
Y de mí.
Pero renunciaste a tu salvación por librarme a mí.
De ti.
Y si pudieras lo harías de la vida.
Porque siempre trataste de protegerme, ¿verdad?
Dejaste de pedir ayuda. 
Volviste a ti.
Y te ahogaste.
Ojalá te hubiera salvado.
Pero la inspiración estaba ahí 
para hacerlo.
Y tus palabras.
Y ese maldito olor a marihuana.
Otra vez.
Me gustaría decir que te dejo ir.
Pero no se puede dejar lo que nunca se tuvo.
También que siempre te extrañaré.
Pero no se puede echar de menos una ilusión.
Pero sí tengo algo que decir.
Y es que nunca
nunca
te olvidaré.
De eso estoy casi tan segura 
como tú lo estabas de perderme 
incluso antes de conocerme.
Pero casi. Sólo casi.
Quiero escribirte algo. 
No sé cómo. 
Ni qué.
Y el por qué es confuso.
Pero real.
Palpable.
Extraño.
Ojalá hubiéramos tenido tiempo para que me conocieras de verdad.
Ojalá, ojalá, ojalá...
Todos esos ojalases no existieran ni siquiera en esta página.
Pero, de nuevo, tampoco sé si lo habría querido.
Tampoco sé si sería bueno.
Una vez más.
Yo sólo 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario