Hay palabras tan cargadas de significado que nadie puede
poseerlas, que nadie tiene derecho a decirlas. Como ‘amar’ u ‘odiar’…como ‘amor’
y ‘miedo’…
A veces creo que no puedo sentir amor. Que la palabra en sí
es tan fuerte que nadie puede sentir lo suficiente dentro de sí como para tener
el derecho a pronunciarla.
¿Es posible no sentir amor? ¿Es posible no tener miedo? ¿Es
posible no albergar sentimientos? 
En ocasiones pienso que si no estuviese
rodeada de gente que me lo recordara a cada momento, no me consideraría humana.
En ocasiones me veo como una máquina, como algo artificial, carente de sentimientos y de solidaridad. Carente de empatía. Alguien solitaria y que no necesita de nadie para ser feliz. Es más, como alguien que no puede ser feliz pero que tampoco lo busca.
En ocasiones me veo como una máquina, como algo artificial, carente de sentimientos y de solidaridad. Carente de empatía. Alguien solitaria y que no necesita de nadie para ser feliz. Es más, como alguien que no puede ser feliz pero que tampoco lo busca.
Tengo la sensación de que toda persona que se me acerca más
de lo establecido, está automáticamente predestinada a sufrir. Pero lo
llamativo no es su destino, sino mi indiferencia. Mi ausencia de palabras. Mi rostro
inexpresivo. Mi irritabilidad constante. Mi mirada fría y desprovista de todo
sentimiento. Mi boca tensa y sin atisbo alguno de sonrisa. Mi cabeza alzada más
arriba de la suya. Mis hombros perfectamente alineados que no pueden permitirse
caer ni un milímetro.
En efecto, esa soy yo.
Soy esa persona que no habla con desconocidos, pero tampoco
lo intenta con conocidos. Soy esa chica que puede permanecer todo un día sin
pronunciar palabra. Esa chica que no va a fingir una sonrisa, aunque tenga que
pasar horas con un gesto molesto dibujado en su cara. Esa a la que ves como una estúpida, como una
rara. Soy esa chica que llega sin que nadie se dé cuenta, y esa chica que se va
cuando le apetece. Y si te has percatado de su presencia no te percatarás de su
huida. 
Y ese es en sí el problema. Que si notas que estoy allí
también notarás que me voy, pero no sabrás cuándo. 
Porque soy la chica que no
espera por nadie...aunque esperen por ella.
 
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