Me pregunto qué diferencia existe entre una relación de pareja, una de padre e hijo, una de amistad... Las desigualdades parecen obvias pero no lo son. 
Si una relación de pareja es disfrutar del tiempo juntos, tener cosas en común, poder conversar durante horas...¿no es así una relación de amistad? Diríamos entonces que la relación de pareja se caracteriza por el sexo. ¿Y dónde quedan los follamigos, los "amigos con derechos"? Y una relación padre e hijo...¿no se basa también en saber disfrutar del tiempo juntos?
Mi lema siempre ha sido "haz caso a tus sentimientos". Siempre me esfuerzo por saber si estoy enamorada en una relación, intento separar y clasificar lo sentimientos; "si paso buenos ratos con él, estoy enamorada", "si quiero vivir con él", "si me siento cómoda con él", "si quiero pasar toda la vida con él"... Pero, ¿no quieres pasarla también con tus amigos? ¿No vivirías con ellos? ¿No pasáis buenos ratos juntos? 
¿Y si, después de todo, los sentimientos no son tan importantes?
Soy la primera empeñada en hacer desaparecer las etiquetas; en que nadie sepa si es hetero, homo o bi, y no tenga necesidad de saberlo, de clasificarse, o de limitar sus búsquedas. Que no importa lo que alguien es, sino quién es.
Sin embargo, ¿qué pasa con las relaciones? Si no clasificamos los sentimientos, ¿hay que dejar que todo fluya sin saber lo que sucede? ¿No saber qué sientes significa engañar? ¿No es eso dejar que el destino haga su trabajo? ¿Perder el control de nosotros mismos?
¿Y si, finalmente, las relaciones no tienen la importancia que les damos? Si son algo a lo que aferrarnos para escapar de la rutina, otra persona a la que culpar de nuestros problemas y a la que pedir las soluciones a los mismos... Si sólo las queremos para eso, se convierten en cosas usadas. Y tal vez por eso no nos guste que nos limiten, porque sólo las utilizamos para nuestro propio beneficio.
¿Es el ser humano más egoísta de lo que intenta ser?
Nada de esto se sabe. Entonces, ¿qué viene ahora?
 
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