lunes, 30 de mayo de 2016

Guerra de miradas

Las únicas batallas que desarman de verdad son las de miradas.

Ese intercambio culpable y a la vez inocente...

Te miré. Me miraste. 
Aparté la mirada. Tú seguiste mirándome.
Volví a mirarte. Cerraste tus ojos. Suspiraste.

Qué voy a hacer contigo, parece que decías.
Qué voy a hacer sin ti, era lo que yo pensaba...

Fue eso lo que siempre nos delató.
Por eso tú ibas por la vida con las gafas de sol puestas.
Y yo siempre mirando al suelo.




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