¿No resulta raro, e irónico, compartir calle?
Siempre hablamos de estar en un ascensor con gente, o en una fiesta o reunión en la que no conoces a nadie. La incomodidad, los silencios.
Pero, ¿qué hay de la calle?
Un bar, un restaurante, una tienda, una acera. Lugares que hemos creado nosotros, como seres humanos, que aun así compartimos.
Lugares en los que estamos todos juntos, pero en los que no es "normal" hablarse.
Resulta raro.
No es raro estar juntos dentro, en pequeños grupos, aunque sea un mismo lugar y aunque estemos a menos de un metro los unos de los otros. Pero sí ponerse a hablar.